A estas alturas, es indudable que ha llegado ya el otoño, con su bajada de temperaturas, hojas secas, castañas asadas, panellets, y demás elementos que nos confirman su inexorable llegada. Pero también es época de disfrutar de cervezas… sí, pero en su formato de cerveza artesana, con más cuerpo, más sabor, más graduación, que se presta a una degustación reposada alrededor de una charla entre amigos y junto a un buen fuego.
Habitualmente vinculamos la cerveza al verano, por su carácter refrescante, pero también podemos degustarla el resto del año. Ahora que estamos en otoño, podemos experimentar nuevos sabores propios de la estación, con la cerveza de castañas artesana que elabora la marca Ribada en el valle de Balboa, en la comarca del Bierzo.
Enrique Fernández, propietario y gerente de la empresa La Oricera, lleva toda la vida vinculado al mundo de la castaña, elaborando todo tipo de productos derivados de esta materia prima. La idea de crear una cerveza de castañas le vino tras ver que en Francia y en Italia se producían algunas cervezas con este ingrediente. Tras dos años de ensayos, pruebas, aciertos, errores, y muchas cervezas, consiguió afinar la receta definitiva, que fue presentada en sociedad en julio de 2014, en la «Casa de las Gentes» de Balboa.
Desde entonces, viene produciendo, con la ayuda de un maestro cervecero, la primera cerveza de castaña española, que además de los tradicionales ingredientes de lúpulo (procedente de Carrizo de la Ribera, León) y cebada malteada, le añade la castaña seca en su proceso de fermentación, dándole ese sabor genuinamente berciano. Esta cerveza se elabora «sin conservantes ni colorantes», de modo artesanal, motivo por el que su producción es limitada, y normalmente está comprometida su venta antes de elaborarse.
En el proceso de elaboración de esta bebida de origen milenario, como ya explicaba en otro post anterior, desde sus orígenes se han utilizado ingredientes naturales como el agua, la cebada de trigo o avena, la levadura, y por supuesto el lúpulo. En su versión berciana, la cebada pierde protagonismo, compartiendo su papel con la castaña. Según nos explica Enrique Fernández, «esta cerveza viene compuesta por un 50 por ciento de castaña y un 50 por ciento de cebada», con un desarrollo que suele durar de unos 20 a 25 días. Tras pasar unos días más en el tanque de acero inoxidable, se embotella, donde continúa su curso la fermentación.
Cabe mencionar que en esta cerveza se emplea la castaña de la variedad autóctona «parede» que según el gerente de la empresa es «más pequeña, más dulce y más fácil de pelar» además de dar un color «tostado amarillento, muy bonito» y un «sabor muy rico» al producto final. Esta misma variedad, predominante en el valle de Balboa, es la que emplean en La Oricera para elaborar sus harinas de castaña, a partir de la cual elaboran sus famosas tartas, bizcochos, magdalenas, mermeladas, marron glacé, crema de cacao con castañas y demás «delicatessen».
En agosto 2015, se abrió al público el local «Ribada«, en Balboa (León), inspirado en los hórreos de la zona, en el que podemos degustar su cerveza de castañas, así como adquirir directamente cualquiera de los productos elaborados por «La Oricera». Os invito a ver la entrevista que mantuvimos con Enrique Fernández, en su acogedor local.
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Me encantaría echarle mano a eso. Tiene que estar rica una cerveza de castaña. ¿Dónde pueden adquirirse?
Directamente contactando con Ribada – La Oricera, o con su elaboradora Wolfram. No obstante, la puedes encontrar en varias páginas web de la zona, como por ejemplo http://www.saboryaromas.com/producto/cerveza-de-castanas-ribada/