Penedés: experiencias de enoturismo con Penedés Lovers

La ciudad de Barcelona es un gran referente turístico a nivel mundial, pero muy pocos viajeros conocen que muy cerca está la zona del Gran Penedés, una región mediterránea, con clima suave y con muchos atractivos históricos, culturales, enológicos y paisajísticos. Una zona que sería imperdonable no conocer si dispones de unos días para visitar los alrededores de Barcelona. Curiosamente, la gran ventaja del Penedés es al mismo tiempo su desventaja: la cercanía a Barcelona, cuya marca eclipsa los atractivos de esta zona.

El Gran Penedés: introducción

El Gran Penedés es una denominación popular que abarca los territorios del Alt Penedés y Baix Penedés, más el Garraf y una parte de la Anoia, que históricamente formaron parte de la veguería de Vilafranca, ubicados entre Barcelona y Tarragona (Cataluña) entre el mar Mediterráneo y las montañas de Montserrat. Una zona poblada desde hace miles de años, y en la que el vino ha jugado un papel vertebrador de su cultura y su historia. Tanto es así que en esta zona conviven y se superponen varias denominaciones de origen: D.O. Cava, D.O. Penedés, Clàssic Penedés y la recién creada Corpinnat, además de la más genérica D.O. Catalunya.

Viñedos del Penedés

Antes de nada, aclaremos unas dudas fundamentales: ¿cómo es posible que en un territorio coincidan varias D.O.? ¿Qué es Penedés: una zona geográfica, o un vino? Aclaremos unos conceptos de partida:

  • D.O. Penedés: es una D.O. que toma su nombre de los territorios del Gran Penedés, ubicado en la zona sur de la provincia de Barcelona y una pequeña parte del nordeste de Tarragona. Destacan especialmente sus vinos blancos, aunque también cuenta con buenos tintos.
  • D.O. Cava: es una D.O. no adscrita a un territorio concreto, ya que además del Penedés, se extiende por más lugares de España. Lo realmente característico es su producto, el cava, vino espumoso que se elabora por el tradicional método “champenoise”. Nació como tal D.O. en 1972, cuando los franceses reservaron el uso de la palabra “champán” (o champagne, en francés), exclusivamente para el espumoso producido en la región de la Champagne, por lo que hubo de crearse otra denominación para el espumoso español: cava, como referencia a las cuevas (o cavas) donde se elaboraba.
  • D.O. Clàssic Penedés: En 2014, un grupo de 14 bodegas abandonaron la D.O. Cava, para crear una nueva D.O., en la que solo podrán incluirse a los espumosos producidos en la zona geográfica del Penedés, con unos mayores estándares de calidad, con uvas cultivadas en el Penedés de forma ecológica, y embotelladas en la misma finca.
  • D.O. Corpinnat: Al igual que sucedió en 2014 con Clàssic Penedés, a finales de 2018 9 bodegas productoras de cava abandonaron la D.O. Cava, para crear otra marca colectiva (aún no se puede considerar D.O. como tal), con criterios de calidad aún más exigentes que las anteriores. Se trata de cavas 100% ecológicos, elaborados dentro de los 46 municipios que engloban el núcleo histórico de la producción vinícola del Penedés. De hecho, su nombre Cor Pinnat significa “Corazón del Penedés”.
  • D.O. Catalunya: Es la más genérica y extensa, pues abarca a todas las localidades catalanas en las que se produzca vino (no cava), de acuerdo a sus estándares de calidad.

Penedés, si es que ¡hasta su nombre me sabe a vino! Es lógico, pues, que en esta zona el turismo vaya unido al mundo del vino, a través del enoturismo, un concepto que liga producto, cultura y territorio con el turismo, una unión perfecta. Y un reclamo para viajeros sibaritas como yo.

Escapada con Penedés Lovers

Aunque parezca un área pequeña en superficie, no lo es tanto en contenidos, ya que en el Penedés hay infinidad de atractivos turísticos, paisajísticos, culturales, históricos y enológicos. En los años que llevo viviendo en Barcelona, he realizado muchas visitas a diferentes lugares del Penedés, “picoteando” un poco de todo en breves salidas “domingueras”, pero no ha sido hasta ahora que he podido disfrutar de un viaje de inmersión mucho más completo, organizado por la agencia Penedés Lovers Enoturismo.

Grupo de bloggers visitando el Penedés con Penedés Lovers. (Foto: Sergio Otegui)

Por mucho que a los viajeros nos guste descubrir lugares por nuestra cuenta, en muchas ocasiones es mejor dejarse guiar por expertos de la zona, como son sus fundadores, Eva y Carmelo, que además de ser grandes expertos en su área de influencia, han establecido una importante red de contactos entre los empresarios locales para realizar todo tipo de actividades. Eso sí, con un factor diferencial respecto a otras agencias: el respeto a las formas tradicionales en la elaboración de los productos, fomentando el uso y consumo de productos locales (el famoso km. cero), el mimo por el tratamiento personalizado a los viajeros, y la responsabilidad en el cuidado de la naturaleza y del ecosistema, de forma sostenible.

Recientemente, un grupo de amigos y bloggers disfrutamos de un viaje de 3 días de duración (similar a los que puedes encontrar en el portfolio de Penedés Lovers), centrándonos cada día respectivamente en uno de los 3 núcleos principales de esta zona, siempre con el hilo conductor del vino: Vilafranca del Penedés, Sant Sadurní d’Anoia y Vilanova i la Geltrú. Seguro que hay muchos más lugares que ver, pero con estos considero que se puede adquirir una panorámica completa de todo lo que el Penedés nos ofrece, disfrutando de una experiencia “slow” de inmersión plena con todos los sentidos.

Día 1: Vilafranca del Penedés, capital del vino

Los orígenes: yacimiento arqueológico de Font de la Canya

Para conocer la historia del vino en el Penedés, nada mejor que empezar por el principio, cronológicamente hablando, para lo cual nos remontaremos al siglo VII a.C., a la época preibérica o primera Edad del Hierro. Para este viaje en el tiempo, no necesitaremos ninguna máquina especial, nos bastará con desplazarnos a la pequeña localidad de Avinyonet, donde se encuentra el yacimiento arqueológico Font de la Canya. Todos sabemos que el vino es una bebida cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, pero a este yacimiento podemos ponerle fecha, está datado en el siglo VII a.C. (hacia el 625 a.C.), pudiendo considerar este asentamiento íbero como la cuna de la vitivinicultura en el Penedés.

La visita comienza en el Centro de Interpretación DO Vinífera, zona museística construida a partir de los descubrimientos en el cercano yacimiento de Font de la Canya, que gestiona la cooperativa de arqueólogos Arqueovitis. Recomiendo encarecidamente la visita guiada, dado que los carteles explicativos están redactados solo en catalán (algo a mejorar para que los viajeros de todas partes puedan entender este museo).

Reproducción de un celler íbero en Centro de Interpretación D.O. Vinífera

El centro está ubicado junto al ayuntamiento de Avinyonet, y puede visitarse todos los días de la semana en visita libre sin necesidad de reserva previa, pero recomiendo hacerlo los fines de semana y festivos, con visita guiada. Allí es donde podemos ver muchos de los hallazgos arqueológicos, empezando por los granos de uva carbonizados y mineralizados que se encontraron en los silos de esta instalación vinícola, y continuando por una serie de útiles, herramientas y vasijas encontradas en el lugar. Mención especial merece la pieza con la efigie de Deméter, diosa griega de la agricultura y la fertilidad, que adorna un vaso votivo, y que hoy ilustra la imagen de la D.O. Penedés.

Vaso votivo con la efigie de Demeter, diosa de la agricultura y fertilidad

Se continúa la visita en el yacimiento de Font de la Canya, guiados por uno de los mismos arqueólogos del equipo de investigación, que hace el recorrido in situ, explicando los detalles de lo que fue un centro de almacenamiento y distribución de cereales, base de la agricultura y alimentación de la época íbera, según se deduce de los numerosos silos allí encontrados, además del resto de construcciones auxiliares (almacenes, herrería, etc.).

Arqueólogos trabajando en el yacimiento Font de la Canya

Los arqueólogos siguen trabajando allí, desde hace 18 años, por lo que además de visitar la parte visible del asentamiento, podemos verles en acción en algunas zonas aún activas. Las visitas a este lugar son guiadas, y sólo se realizan el primer sábado de cada mes a las 10 h., pudiendo combinarse con la visita al Centro de Interpretación. Nosotros lo hicimos así, y lo recomiendo encarecidamente para aprovechar bien la visita.

Antiguos silos del yacimiento Font de la Canya

El vino: visita a la bodega Eudald Massana Noya

Si en el Penedés se viene haciendo vino desde hace unos 2.700 años, por algo será. No se entendería un recorrido por esta zona sin visitar alguna de sus bodegas, que según la D.O. Penedés son actualmente 137, por lo que sería imposible abarcarlas todas, así que para este primer día escogemos una de las que realizan viticultura ecológica y biodinámica: Eudald Massana Noya. Está ubicada en Subirats, muy cerca de Avinyonet, en una superficie de 30 hectáreas ocupadas por sus 31 parcelas, lo que le aporta una amplia variedad de tipos de suelo y de uvas, sintetizando en este lugar toda la gama de matices representativos del Penedés. De la combinación de 3 tipos de tierras (arenosas, gravosas y calcáreas, y arcillosas), con las 10 variedades de uva locales, de las que se planta siempre la más adecuada para cada terreno, surgen sus vinos y cavas con personalidades distintas, dentro de la D.O. Penedés y de la D.O. Cava, respectivamente.

El viticultor Eudald Massana Noya nos muestra su bodega

Al llegar, nos encontramos con una masía de más de 300 años de antigüedad, en la que se viene desarrollando ininterrumpidamente la actividad vitivinícola desde su origen. Dicen que ya son 9 generaciones de miembros de la familia Massana vinculados a la agricultura mediterránea y  concretamente al sector vitivinícola. La marca “Eudald Massana Noya” lleva el nombre y apellidos del actual viticultor de la saga familiar, todo un personaje cuya filosofía de vida se impregna en sus vinos y cavas, elaborados de la forma más natural y ecosostenible que pueda existir, sin aditivos artificiales (herbicidas, pesticidas, productos químicos agresivos), buscando el equilibrio con el medio y todos sus actores (animales y vegetales).

Tras echar un breve vistazo a sus viñedos, visitamos las bodegas centenarias de la masía Massana, y finalizamos como no podía ser de otra manera, catando sus vinos y cavas en torno a una gran mesa con un grupo de amigos, cultivando juntos nuestro enamoramiento del Penedés. Una pequeña muestra de todo lo que esta finca puede ofrecer como actividades de enoturismo, pudiendo disfrutarse de una gran variedad de propuestas y actividades durante todo el año.

Un brindis entre amigos con vino de Eudalda Massana Noya

En la finca conviven de forma armónica y biodinámica sus viñas interrelacionadas con el resto del ecosistema del entorno: abejas, ovejas, jabalíes, humanos (los mínimos posibles), mariposas, árboles frutales, hierbas aromáticas, cereales, etc., en una ubicación privilegiada por el suave clima del Penedés y mimada por los métodos artesanales de la familia Massana, tan ligada a esta tierra con identidad propia que se considera parte de ella. Una identidad vitivinícola, que se complementa con su cultura, patrimonio e historia.

La historia: recorrido por Vilafranca del Penedés con Gust a Terra

En línea con lo que vengo comentando, no se puede conocer bien los productos de un territorio, en este caso los vinos del Penedés, sin conocer algo de su historia. Es por ello que en nuestra visita a esta comarca, incluimos un recorrido por Vilafranca del Penedés, conocida además como “la capital del vino”. Para recorrerla, nada mejor que dejarse guiar por una nativa y experta de la zona, como es Roser Serra (ver su video presentación), de Gust a Terra.

Inicio de la visita a Vilafranca del Penedés, desde el monumento a Milà y Fontanals

Empezamos la ruta junto al monumento de Milà i Fontanals en la Rambla Sant Francesc, en pleno centro neurálgico de la ciudad. Desde allí, Roser nos introduce en los orígenes históricos de Vilafranca, e iniciamos la llamada “Ruta anecdótica”, con el hilo conductor de un sinfín de anécdotas de la vida de esta ciudad, estratégicamente situada en la antigua Vía Augusta romana. Vilafranca históricamente ha sido tierra de frontera, desde la época de la Marca Hispánica, de castillos que la defendían y campo de batalla para ejércitos enfrentados.

Plaza de Jaume I en Vilafranca del Penedés

Pero como no queremos hacer “spoiler” de las historias que nos cuenta Roser, no voy a entrar en el detalle de lo que nos contó, pero sí recomendarte que cuentes con ella en tu próxima visita a Vilafranca y te dejes guiar por sus rincones cargados de historia y de historias. La mejor forma de conocer un lugar es a través de sus anécdotas, leyendas y curiosidades, que son lo que definen el talante de un pueblo, de una gente tan igual y tan distinta en una zona tan concreta, en un verdadero cruce de caminos. Con Roser, conocerás detalles tan curiosos como por qué San Félix es el patrono actual de Vilafranca, y por qué fue olvidado y relegado el anterior santo patrón (cuyo nombre ya no recuerdo).

Farola modernista

Cabe mencionar como uno de los hitos en la visita a Vilafranca del Penedés, el Museo de las Culturas del Vino de CataluñaVinseum”. Se trata de un museo situado en un antiguo palacio de los Reyes de Aragón (construido entre los siglos XII y XIII y muy modificado después), situado en la plaza de Jaime I, en pleno centro de la ciudad. Desde 1936 es propiedad del Ayuntamiento de Vilafranca. Se trata del primer museo dedicado al vino en toda España, contando con un heterogéneo conjunto de 17.000 piezas que describen la historia de un territorio ligado desde tiempos remotos al cultivo de las viñas y a la producción del vino.

Cata de maridaje en Xerigots Vilafranca

Al final de la visita guiada de Gust a Terra, que pudimos disfrutar en nuestro viaje al Penedés, se incluyó como colofón una cata de quesos maridados con vinos en Xerigots Vilafranca.

Jordi y Gemma son los anfitriones y responsables de este espacio, especialmente diseñado para los amantes del queso y del vino. Si Vilafranca es considerada como la capital del vino, no podía faltar un espacio como este, donde hacer el perfecto maridaje de quesos de toda España (tiene más de 250 referencias de quesos artesanos) con los vinos catalanes en una cata con un grupo de amigos. Cabe mencionar que, como buenos especialistas en queso que son, también cuentan con un servicio de asesoramiento a restaurantes a la hora de diseñar sus cartas de quesos, e incluso catering queseros para eventos.

Queso parmesano ¿o no?

Confieso que hasta nuestra visita a este espacio, no sabía que existía un oficio tan curioso dentro del mundo gastronómico como es el “afinador de quesos”, un trabajo que obviamente procede de un país con una cultura quesera tan potente como Francia, y que ya empieza a introducirse en España. Se trata de la persona especialista en llevar los quesos a su momento óptimo de maduración, para que lleguen en las mejores condiciones al consumidor. Dicho así parece fácil, pero no lo es. Hay que conocer muy bien las características de cada queso, y aplicarles a cada uno el tratamiento específico para mejorar sus cualidades e incluso para producir nuevas sensaciones en el paladar del consumidor.

Degustación de queso camembert

En Xerigots Vilafranca cuentan no solo con un experto afinador, sino con las instalaciones adecuadas, ya que han aprovechado las antiguas cavas subterráneas del edificio, recubiertas de azulejos cerámicos, que antiguamente usaban para almacenar vino, y que reúnen las condiciones óptimas para afinar los quesos, manteniéndolos en las condiciones de humedad, temperatura y oscuridad necesarias, logrando nuevas texturas, matices y sabores. En la planta principal, cuenta con una sala de cata, que es donde asistimos a una magistral cata combinando quesos y vinos, y con una tienda de venta de quesos, ya totalmente afinados.

Me llamó especialmente la atención la parte de I+D+I, pues su afinador no se limita tan solo a los procesos habituales de gestionar la maduración del queso en las cavas (con sus correspondientes fases de volteo, cepillado y lavado), sino que en ocasiones también los baña en aceite o les hace “beberse” botellas de vinos o licores que les hacen evolucionar más allá de lo imaginable hasta alcanzar su plenitud. En concreto, me sorprendió ver allí un queso azul alemán de nombre impronunciable que llevaba días absorbiendo una botella de vermut italiano. Me muero de ganas por probar el resultado de ese experimento.

Queso azul afinado con vermut italiano

En fin, una visita inolvidable para los muy queseros, y para disfrutar del mimo y la pasión que Jordi y Gemma ponen en elevarnos a otra dimensión con estos placeres gastronómicos.

Grupo de bloggers en la plaza de Jaume I, en Vilafranca del Penedés. Foto: Sergio Otegui


Gastronomía local: productos locales al estilo tradicional en Ca La Katy

Muy cerca de Vilafranca del Penedés, a 8 kms., en el término municipal de Sant Martí Sarroca, nos dirigimos al restaurante Sant Jordi, más conocido por “Ca la Katy”. Se trata de uno de esos restaurantes que quizás nunca encontrarás en la Guía Michelín, ni falta que le hace, pero en el que podrás degustar los platos más típicos del Penedés, elaborados al estilo tradicional, con ingredientes y productos de máxima calidad y de cercanía (km. cero) a un coste razonable, en un entorno natural privilegiado, y con un servicio excelente y tan cordial que te sentirás como rodeado de tu propia familia. Su carta varía en función de la época del año, como toda cocina de mercado, en base a los productos disponibles en cada época.

El equipo humano de Ca La Katy, con Katy al frente de todos

Estuvimos allí, en diciembre, con ocasión de la Fira del Gall de Vilafranca del Penedés, un evento que gira en torno al Gall del Penedés, el cual está recogido bajo la Indicación Geográfica Protegida (IGP). El gallo del Penedés es una raza de gallo autóctona, con un plumaje negro intenso con irisaciones azuladas y su característica cresta de 5 o 6 puntas, cuya alimentación, según las prácticas tradicionales, está fuertemente vinculada a la tradición vitivinícola de la zona, incluyendo pepitas de uva en el pienso de estas aves.

Lógicamente, en esas fechas tuvimos ocasión de degustar la preciada carne del Gall del Penedés en platos como “Gallo del Penedés rustido a la cazuela con castañas”, además del “Pato mudo del Penedés rustido con ciruelas y piñones”. Por si tenéis alguna duda, «rustido» en catalán significa «asado» en castellano.

A lo largo del año, la carta del restaurante Sant Jordi incluye platos de temporada como las tradicionales calçotadas, arroces (se dice que es uno de los mejores arroces de la zona), chuletones, etc. Cocina casera y sin complicaciones, pero con una calidad de primera. No sigo contando más, que ya empiezo a salivar… Tendremos que volver en otra ocasión para seguir disfrutando de la cocina penedesenca.

Día 2: Sant Sadurní d’Anoia, capital del cava

Visita a las cavas de Montesquius

Sant Sadurní d’Anoia es famosa en el mundo entero por ser la capital del cava. Su importancia viene determinada por el hecho de que el 90% de la producción mundial de este espumoso se elabora en torno a esta localidad. Y no podíamos empezar en mejor sitio esta jornada que visitando una de sus bodegas, concretamente Montesquius, la marca creada por la familia Santacana, que lleva desde 1918 en el mundo del vino, y es una de las más antiguas y grandes bodegas. Concretamente, visitamos la ampliación, inaugurada en 1992, donde nos reciben en la amplia zona de acogida y tienda, para darnos las oportunas explicaciones históricas de su bodega. Nuevamente nos hallamos ante un cava de elaboración ecológica, en el que utilizan técnicas de producción ecosostenibles que respetan el medio ambiente y dejan la mínima huella posible en el ecosistema. Con este mimo, es imposible no obtener un excelente cava.

En nuestra visita, vamos viendo cómo funciona la fábrica en un día normal, mientras los operarios arriman las botellas de cava en las galerías, enfrascados en sus quehaceres habituales. Nos sumergimos en la profundidad de sus cavas, donde el espumoso duerme en las mejores condiciones de humedad, temperatura, oscuridad, acumulando moho y polvo (sí, todo ello contribuye en su justa medida al proceso de elaboración del cava).

Al regresar a la superficie, finalizamos con una cata sensorial de algunos de sus cavas, en un divertido ejercicio de cata a ciegas. Resulta curioso que, cuando eliminamos la interferencia de la vista, y tenemos que potenciar el sentido del gusto, nos cuesta distinguir entre un cava blanco y uno rosado.

Mesa de catas

Increíblemente, fui uno de los pocos que acertó a distinguir entre ambos cavas tan solo con el olfato y el gusto, o quizás fue que la diosa fortuna (o más bien, la diosa Deméter) me acompañaba ese día.

Cata a ciegas para distinguir cava blanco del rosado. Foto: Eva Puente

Recorrido histórico anecdótico con Gust a Terra por Sant Sadurní d’Anoia

Nuevamente, nos encontramos con nuestra amiga Roser, de Gust a Terra, auténtica experta en contarnos historias y anécdotas relacionadas con la ciudad del cava. De Roser y de su pasión por enseñarnos las particularidades de su territorio ya he hablado antes, así que igual que hice más arriba, os recomiendo contactar con ella para visitar Sant Sadurní. En esta ocasión, la ruta que hicimos fue la de Sant Sadurní anecdótico, aunque siempre salpicado de toques históricos.

En una ciudad en la que el cava, auténtico oro líquido, ha sido el motor dinamizador de su economía, basta un paseo por sus calles y ver sus casas para darse cuenta de la riqueza que ha proporcionado a muchos de sus habitantes. Pero si hasta ha influido en el mobiliario urbano, ¡los bolardos son gigantescos tapones de cava!

Visita al Centro de Interpretación del Cava

El principal museo de Sant Sadurní no podía ser otro que el Centro de Interpretación del Cava. Ubicado en el edificio de una antigua destilería de aguardientes construida en 1814, el CIC Fassina hace un recorrido por el mundo del cava, explicando de forma interactiva todo lo relacionado con el mundo de este espumoso de origen francés pero tan bien implantado en este territorio.

Cabezudos de la fiesta mayor, semblando filoxeras

Entre muchas otras cosas, nuestra guía nos explica cómo la plaga de la filoxera, que afectó a nuestro país en la década de 1870, marcó un antes y un después en la historia de esta localidad, y cómo se convirtió en el motivo argumental de la fiesta principal, la Fiesta de la Filoxera, a la que se le dedica un espacio importante dentro del museo. Si no hubiera sido porque fue en Sant Sadurní donde un grupo de intelectuales, los llamados “siete sabios”, descubrió la forma de vencer a esta oruga, injertando cepas europeas en los pies de viñas americanas, la historia habría sido bien distinta.

Los gigantes de la fiesta de la filoxera, en homenaje a los Siete Sabios

Hoy en día se recuerda aquella catástrofe con buen humor, pues al fin y al cabo se logró superar la trágica situación, trayendo la riqueza al pueblo, al consolidarse el cultivo de las uvas blancas autóctonas, que permitía elaborar un producto de mucho mayor valor que el vino tradicional, el cava (entonces llamado champán). La visita al CIC, como no podía ser de otra manera, finaliza con una degustación de cava, que cada mes es seleccionado de una bodega diferente.

Maridaje de cava, con chocolate de Simon Coll en forma de beso

Éxtasis chocolatero en Simon Coll

Dicen que Sant Sadurní es la ciudad de la felicidad, pues además del cava, allí se fabrica chocolate, concretamente en la fábrica de Simón Coll. Y como estamos dispuestos a ser felices, aprovechamos la jornada para visitar también el Espai Xocolata Simon Coll atendiendo a las detalladas explicaciones de la responsable de marketing de los chocolates Simón Coll, que pertenecen al grupo Amatller.

Visitando la tienda y la fábrica de chocolates Simón Coll

La fábrica es visitable de lunes a sábado; además de ver cómo funcionaban las máquinas de sus inicios en 1840, se puede ver en pleno funcionamiento, una actividad muy recomendable para todos los golosos, como este servidor, para sentirse por un día como Charlie Wonka.

Divertido photocall a la entrada de la fábrica de Simón Coll

Apoteosis de cavas en Cavatast

Durante nuestra visita a Sant Sadurní, tuvimos ocasión de asistir al Cavatast, que ha celebrado en 2018 su 22ª edición, como siempre en el primer fin de semana de octubre. Se trata de una feria en la que participan unos 50 elaboradores de cava y empresas de restauración, que se reúnen en una feria al aire libre, donde ubican sus stands de degustación a lo largo de la Rambla de la Generalitat.

Tickets para disfrutar el Cavatast

Por un módico precio, se pueden adquirir packs de tickets para consumir cavas y tapas de productos típicos de la zona. Es la mejor opción para probar diferentes cavas, en un ambiente animado, en compañía de amigos, disfrutando de la suave temperatura de octubre en el Penedés, y finalizar una perfecta jornada de inmersión saturniense.

En el stand de Eduald Massana Noya

Se nota en nuestras caras que disfrutamos a tope de nuestro paso por el Cavatast. Sin duda alguna, ¡volveremos!

Bloggers disfrutando del Cavatast y del cava. Foto: Sergio Otegui

Día 3: Vilanova i la Geltrú, el mar y la pesca

El último día de nuestra escapada lo dedicamos a Vilanova i la Geltrú, que tal como explicaba en la introducción inicial, no pertenece propiamente al Penedés, sino a la comarca del Garraf, pero forma parte de este pequeño gran ecosistema que hemos denominado Gran Penedés. También seguimos estando dentro de la D.O. Penedés, concretamente en la parte marítima donde destacan los vinos de uva malvasía de Sitges. Y ¿qué se puede hacer en esta ciudad marinera? La mejor recomendación que puedo haceros es repetir lo que hicimos nosotros con Penedés Lovers:

Paseo en barco

Ya que estamos en la costa, nada mejor que salir a dar un paseo en velero, para poder ver desde el mar todo el frente marítimo de Vilanova, e incluso divisar a lo lejos la ciudad de Sitges y el macizo del Garraf.

Puerto Deportivo del Club Nàutic de Vilanova

Embarcamos en velero en el Club Nàutic de Vilanova, aunque la mar no resulta estar tan tranquila como deseábamos. Pero gracias la pericia del capitán, junto con la animada charla describiendo las características de la goleta y las explicaciones sobre todo lo que tenemos a la vista, nos hace disfrutar de una agradable singladura sin «casi» notar la incipiente marejadilla.

Singladura en velero bordeando la cercana borrasca

Esto me hace recordar que debo daros unos consejos para navegantes ocasionales (como yo) que deseen evitar el mareo:

  • No desayunar fuerte si vas a embarcar por la mañana.
  • No distraerte mirando las notificaciones del Smartphone.
  • Mirar hacia el horizonte y distancias lejanas en general.
  • No presumir de lobo de mar si solo navegas en las lanchas que cruzan la bahía de Santander.
  • Tomar una biodramina.

Como podréis deducir, estos consejos se basan en hacer justo lo contrario de algunas de las cosas que yo hice ese día.

Afortunadamente, (casi) no hubo mareos significativos, y llegamos todos sanos y salvos al puerto de Vilanova.

Visita al museo Espai Far

Vilanova es el tercer puerto más importante de Cataluña, y su lonja de pescado es una de las más importantes, tanto que abastece directamente a numerosas pescaderías de la cercana Barcelona.

Exteriores del Espai El Far

Para comprender bien la estrecha vinculación de Vilanova con el mar, empezamos visitando el Espai El Far, dependiente de la Oficina de Turismo municipal, que es el antiguo faro de San Cristòfol, hoy reconvertido en espacio museístico.

Espai Far en Vilanova i la Geltrú

Cuenta con varias zonas: el museo del Mar, sobre la historia de la ciudad y de su tradición marinera, el propio faro (no visitable en la actualidad), y el pequeño pero abigarrado Museo de Curiosidades Marineras Roig Toqués.

Francesc Roig dando de beber a su carpa Juanita con un porrón. Foto: Archivo

Hago especial mención de este último, que casi podría pasar inadvertido, pues se encuentra en una salita al final del Espai Far, y es lo más singular de todo el recinto. Recoge la colección de objetos que el Sr. Francesc Roig Toqués, un gran apasionado del mar, tenía en su casa familiar, Mas Carolina, antes de fallecer y donarlo a la ciudad de Vilanova. Además de amasar una colección insólita de todo tipo de objetos relacionados con el mar, el Sr. Roig había logrado amaestrar a una carpa, llamada Juanita para más señas, logrando que bebiese en un porrón y comiera en una cucharilla, hecho que atraía a visitantes de todo el mundo, y que le ha hecho merecer una sección propia dentro de este museo.

Comida con vistas al mar en La Daurada

Al final de un espigón, junto a la playa de Vilanova, adentrándose en el mar, se encuentra La Daurada Beach Club, un lugar increíble multifuncional donde disfrutar con todos los sentidos del paisaje, de las puestas de sol, de sus terrazas y zonas gastronómicas, de sus piscinas, de sus accesos privados al mar, y de sus zonas de restauración.

El restaurante principal se ubica en un espectacular mirador, donde se puede degustar la gastronomía mediterránea, y en el que sucumbimos a la tentación de probar sus exquisitos arroces, y demás platos de tradición marinera.

Cabe destacar, por su impresionante sabor y por su original presentación, la “Dorada frita en adobo”, que podéis ver en una de las fotos del menú degustación. Y después de tan opípara comida, salimos de nuevo a recorrer las calles de Vilanova para «bajar» las calorías ingeridas.

Grupo de bloggers comiendo en restaurante La Daurada

Visita al casco antiguo de Vilanova, y al de La Geltrú

Lo mejor que se puede hacer para conocer una localidad es empezar por una visita guiada, siguiendo los rastros de la Historia y de las historias que encierra cada uno de sus rincones. Al igual que en las otras localidades, Penedés Lovers gestiona el contacto con los guías locales más expertos de cada lugar, en este caso le corresponde el turno de guiar nuestros pasos y nuestras mentes abiertas al equipo de ARC Gestió Cultural, con nuestro guía Jordi, un auténtico experto y gran comunicador. Con él, recorremos las calles de Vilanova (a secas), marcadas por un pasado colonial, donde los indianos que volvieron de las américas dejaron su impronta en los numerosos edificios modernistas que salpican la localidad.

Plaza de la Vila, en Vilanova i la Geltrú

Vivo reflejo de esta profunda relación con Cuba es el urbanismo de la ciudad, que se plasma especialmente en la plaza de la Vila, a la que popularmente llaman la Habana Chica. Viajando hacia atrás en el tiempo, nos adentramos en el casco antiguo, que era la antigua localidad de La Geltrú.

Plaza de Font i Gumá, en La Geltrú

De hecho, Vilanova, como su propio nombre indica, era la villa nueva, surgida junto a la antigua Geltrú. Allí se encuentra el castillo de los Guisaltrud (palabra que degeneró en Geltrú), y las edificaciones más antiguas de la ciudad, donde se cuenta que Jaime I el Conquistador hizo parada durante su viaje a Mallorca.

Detalle de la decoración callejera en Vilanova

Visita al Museu Romàntic Can Papiol

En nuestro paseo guiado por la ciudad, visitamos también el Museo Romántico Can Papiol, una auténtica cápsula en el tiempo del siglo XIX. Se trata de la casa familiar del potentado Francesc de Papiol, que falleció en 1817 sin descendencia, por lo que esta pasó a sus sobrinos, y los posteriores herederos la vendieron a la Diputación de Barcelona en 1959. En 1961 se abrió al público como museo romántico, para dar a conocer cómo era el estilo de vida en aquella época, tanto de los acaudalados propietarios como del servicio.

Durante el recorrido por todas sus estancias, uno tiene la tentación de viajar al momento en el que los dueños acabaran de salir de casa, dejándolo todo tal como estaba, con todo lujo de detalles. La verdad es que me sentí como si estuviera haciendo un verdadero viaje en el tiempo.

Bloggers de viajes junto al Museu Romàntic Can Papiol

Despedida y cierre:

Parafraseando a Sócrates, “solo sé que no sé nada” sobre el Penedés. Llevo 26 años viviendo en la provincia de Barcelona, a dos pasos del Penedés, a donde había hecho alguna escapada en estos años. Pero después de este viaje de 3 días bajo la batuta de Penedés Lovers Enoturismo, realizando una auténtica inmersión en profundidad en algunos de los sitios más destacados, solo sé que no sabía prácticamente nada, y que no he hecho más que empezar a saber sobre esta zona privilegiada, unida desde siempre a la cultura del vino.

Un brindis por Penedés Lovers

Lo que también sé, y os lo recomiendo, es que realizando cualquiera de las excursiones que organiza la agencia Penedés Lovers, en todas sus modalidades (desde unas horas, a uno o varios días), disfrutaréis de la esencia del Penedés, combinando cultura, historia, gastronomía, vino y cava, con actividades divertidas y relajadas, sin prisas ni agobios, al más puro estilo mediterráneo.

Espero que este largo artículo os motive a conocer un poco más el Penedés, como lo he disfrutado en compañía del resto de bloggers de viajes, cuyos posts puedes leer en: Maruxaina y su mochila, Nada Incluido, Mi Ruta, Noradoa Blog, Donde Vamos, Eva?, Cámara en Ruta, y Janonautas.

Yo desde luego pienso seguir visitando esta zona de vez en cuando, porque también me considero ya todo un embajador vitalicio del Penedés, o mejor, un Penedés Lover.

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5 comentarios en «Penedés: experiencias de enoturismo con Penedés Lovers»

  1. Penedès Lovers Enoturismo

    Muchas gracias por este magnífico artículo y por compartir tu experiencia junto a nosotros! te esperamos de nuevo para seguir descubriendo rincones únicos a pocos kilómetros de las ciudades de Barcelona y Tarragona.

    un abrazo,
    equipo de Penedès Lovers

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